Business Intelligence y Big Data: lo que hay que tener

2 febrero, 2015

Muy pocos profesionales trabajan o trabajarán en compañías especializadas en productos o servicios de Business Intelligence o Big Data. Pero muchos estudiantes y profesionales trabajan ya o lo harán en empresas que utilizarán más intensivamente la enorme masa de datos al alcance. Como decíamos hace poco, la demanda actual y esperada de esta clase de profesionales es mucho mayor que la oferta de capacidades existente.

Demanda de profesionales de Big Data
Demanda de profesionales de Business Intelligence y Big Data

Según podéis ver en la imagen, el principal portal del mundo de demanda de trabajo en Business Intelligence, icrunchdata, registraba hace unas semanas una demanda de más de un millón de puestos, de los cuales la mitad se definían, con o sin razón, como expertos en «Big Data«. La inteligencia de negocio tiene muchas puertas de salida y es difícil distinguir entre este mareo de nombres y modismos.

¿Cómo son, qué saben, de dónde vienen estos tipos, dónde buscarlos? Como dice Francine Berman, del IEEE, la inteligencia de negocio tiene también muchas muchas puertas de entrada diferentes. Entre las puertas de entrada y las de salida, las profesiones orientadas a los datos requieren de expertezas y conocimientos muy variados. En la UOC decimos que son profesionales «todo terreno» con pasión por los datos:

-No necesitan conocer en profundidad un sector, un negocio o una función del negocio (comercial o finanzas u operaciones), pero necesitan saber qué datos tienen sentido, son pertinentes y relevantes y soportan las preguntas, conclusiones y decisiones a tomar por el negocio; qué tipos de análisis se requerirán y para qué clase de usos.

– No necesitan ser un matemático o un estadístico profesional, pero necesitan desarrollar habilidades cuantitativas, para entender la naturaleza de los datos, la lógica de sus relaciones y fórmulas, los algoritmos más corrientes y la confianza de los resultados.

– No necesitan ser informáticos, pero deben comprender cómo se construyen y funcionan las bases de datos y sus diferentes tipos y fuentes, cómo se pueden buscar y consultar datos y establecer inferencias.

– No necesitan ser programadores, pero tener algunos conocimientos de programación sencillos en herramientas estadísticas o en lenguajes de búsqueda ayuda bastante.

– No necesitan ser un experto en infraestructura técnica, pero es bueno saber algo sobre el volumen de datos que necesitarán manejar, cuánta gente los consultará, con qué frecuencia y cómo de importante es el tiempo de respuesta.

– No necesitan ser un abogado experto en seguridad, pero es bueno conocer las reglas básicas de la obtención y conservación de los datos, su privacidad y los aspectos éticos de la inteligencia de negocio.

– No necesitan conocer en profundidad el enorme volumen de herramientas disponibles en el mercado, ni siquiera saber configurar o parametrizar un software estándar, pero sí que es imprescindible conocer la estructura y los componentes de la fábrica de datos que constituye un sistema de inteligencia de negocio.

– No necesitan ser un jefe de proyecto experto en inteligencia de negocio o en otra clase de proyectos tecnológicos o no, pero es importante entender cómo funciona un proyecto, los procesos y etapas básicas, las diferentes áreas de conocimiento y habilidades involucradas, cuáles son las características específicas de los proyectos de BI y las habilidades de gestión de equipos, la relación entre técnicos y usuarios y cómo conseguir el apoyo de la dirección.

– No necesitan ser un experto en interfaces de usuario, pero necesitan saber comunicar verbal y gráficamente y presentar la información de forma atractiva, fácil de entender y de usar.

En su célebre artículo sobre «la profesión más sexy del siglo XXI«, Davenport y Potil señalaban al científico de datos como un personaje difícil de encasillar, su definición es una no-definición. Lo que es seguro es que para dedicarse a la inteligencia de negocio en sus formas tradicionales y nuevas (como puede ser lo que ahora se llama big data), hay que tener curiosidad, ganas de preguntar y volver a preguntar, ganas de aprender y descubrir lo que los datos esconden o, como dice nuestro colega Julià Minguillón, las historias ocultas detrás de los datos.

Puede que sea una cuestión de personalidad, una vocación, como dice Dennis Shasha, una mezcla de detective, periodista y, añadiría yo, espía, que cada vez atrae a más gente.

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Autor / Autora
José Ramón Rodríguez
Profesor de Dirección de Sistemas de Información, Gestión de Proyectos y Business Intelligence de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC y consultor de empresas independiente.
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