Los festivales de verano viven su segunda etapa dorada

17 julio, 2015

Sonar 2015Parece imposible pensar el verano sin tener en cuenta la temporada de los festivales de música veraniegos que inundan nuestro territorio. Están tan presentes y algunos tienen ya su marca tan integrada que es casi improbable pensar ciertas fechas sin recordarlos.

Desde el posgrado de Gestión de eventos de la UOC nos animamos a analizar las dinámicas, el éxito y los datos de algunos festivales referentes del sector.

Durante la crisis los festivales que se han mantenido han sido los más grandes como el Arenal Sound Rototom Sunsplash (que sumaron 250.000 espectadores el 2014) Viñarock (200.000), Primavera Sound (190.000) o FIB BBK Live (120.000).

Los festivales que dependían de la venta de entradas a púbico nacional así como los que subsistían gracias a las aportaciones institucionales lo han pasado muy mal e incluso algunos han tenido que cerrar sus puertas, como el Summercase. (Madrid y Barcelona iniciado el 2006 y cancelado el 2009)

Actualmente parece que la biosfera de los festivales se ha reordenado estableciéndose tres perfiles;  los de gran formato (que se han repartido la especializaron artística para no repetir demasiado los carteles) y los de pequeño formato que siguen siendo íntimos y por lo tanto tienen un tipo de publico muy diferente. El tercer perfil de festival es aquel intermedio, de carácter ambiguo que había desaparecido en los últimos años y que vuelve a estar ahí.

Básicamente la supervivencia de los festivales de música depende de su carácter, perfil y definición, que ya no sólo se limita a través del cartel que presenta sino aspectos como la localización la dimensión y el ambiente también son definitivos (Vida festival es un ejemplo de festivales “íntimos” en parajes inigualables, Vilanova i la Geltrú).

La buena gestión y el saber hacer, también han marcado el sector de los gestores de eventos en el campo de los festivales de música. Ya que la garantía del éxito siempre ha sido la buena gestión. Así que los gestores de festivales también reivindican su profesionalización y para ello su acreditación a través de su reconocimiento y formación.

Podemos destacar que se han valorado en gran medida por aspectos como:

  • el desarrollo local (tanto económico como social)
  • la dinamización sectorial, como el turismo, entre otros.
  • también ayudan al desarrollo del sector que representa, como la industria musical, el teatro, etc.
  • aceleran el consumo y la creación de empleo (tiempo y duración determinada)

El dato:

El Primavera Sound tuvo un impacto económico de 94.800.000€ (3 días 190.000 espectadores)

  • Gastos por asistente: 544€ (226€ residentes, 780€ visitantes)
  • Pernoctaciones hoteleras: 130.000
  • Puestos de trabajo: 1.600

( VI Anuario de la Música en Vivo de la Asociación de Promotores Musicales de España)

Alba Colombo, directora del Postgrado en Gestión de eventos culturales, deportivos y corporativos de la UOC.

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