Entrevista a Alba Colombo, Directora del Máster de Gestión Cultural

¿Cómo ves la profesión de la gestión cultural hoy en términos de autonomía y jerarquización profesional?

Para mi el gestor cultural es un actor esencial en la sociedad en la que vivimos, tanto por la capacidad de mediación que tiene como por el potencial que desprende al generar impacto y transformación social. No obstante, actualmente la profesión aún no ha logrado la notoriedad y el reconocimiento que se merece como mediador y colaborador entre actores, también esenciales, para la convivencia, el desarrollo y el bienestar. Las jerarquías y en consecuencia el grado de autonomía que puede tener un gestor cultural – dependiendo siempre desde dónde y para quien trabaje – actualmente se enmarca en el ecosistema organizacional, empresarial e institucional de muchos otros sectores, pero con la característica de que el ámbito en el que interviene es la cultura, difícilmente encajable en muchos  parámetros empresariales o institucionales. ¡Por suerte en este ámbito se puede y se debe ser mucho más creativo e innovador!

Las jerarquías y en consecuencia el grado de autonomía que puede tener un gestor cultural – dependiendo siempre desde dónde y para quien trabaje – actualmente se enmarca en el ecosistema organizacional, empresarial e institucional de muchos otros sectores, pero con la característica de que el ámbito en el que interviene es la cultura, difícilmente encajable en muchos  parámetros empresariales o institucionales. ¡Por suerte en este ámbito se puede y se debe ser mucho más creativo e innovador!

¿Se necesitan entonces estrategias o propuestas para combatir esta situación? 

No creo que podamos hablar de una necesidad ya que la belleza de este campo es exactamente su propia pluralidad, que conlleva a diferentes necesidades y características. Actualmente hay diferentes iniciativas, de lo que podemos llamar el nuevo ecosistema de la gestión cultural, ya que cambian, en algunos casos los parámetros de estrategia, definición y objetivo. Por ejemplo dan más valor al proceso de creación que al producto final, que se fijan en el cuidar, y los balances comunitarios, así como dan pié a la autoevaluación, al acompañamiento, valorando mucho la experimentación y el retorno abierto, más allá que centrarse en discursos marketinianos y economicistas propios de las (a veces mal llamadas)  industrias culturales, o del desarrollo urbanístico,  impacto económico o promoción turística. Por lo tanto, desde mi punto de vista tenemos que seguir insistiendo en el valor de los procesos más allá de los productos y para ello construir y seguir apoyando estos nuevos ecosistemas de la gestión cultural.  

¿Cómo hay que preparar entonces al estudiantado ante estos nuevos restos y en concreto qué proponéis desde el Máster de Gestión Cultural? 

La formación siempre ha sido esencial para dar respuesta a una necesidad social o sectorial. El gestor cultural procede de un perfil que empezó a caballo entre diversas profesiones, por lo tanto los programas de formación han contribuido a la propia definición creada conjuntamente con el sector,  de lo que es propiamente la gestión de la cultura. Así actualmente la profesión, la formación y la investigación (práctica y académica) son los pilares desde los que se afrontan los nuevos retos y las tensiones que vive el sector. Desde el Máster de Gestión Cultural UOC- UdG estamos constantemente en evolución para que el estudiantado pueda acceder a conocimientos y adquirir las herramientas en el marco de los debates contemporáneos de la profesión. 

¿Nos puedes dar algunos ejemplos? 

Claro, desde el Máster lo que proponemos es que el estudiantado llegue a tener las herramientas necesarias para poder ser un profesional independiente en gestión cultural, ya sea de una gran institución como de un proyecto embrionario. Creemos que todas y cada una de las formas y de los procesos de creación y cultura tienen su potencial y su valor y por lo tanto consideramos esencial que nuestro alumnado pueda ejercer su profesión en diferentes ámbitos. Así, la formación que ofrecemos da los conocimientos necesarios para el debate y el análisis crítico del sector – desde un punto de vista teórico – así como la aplicabilidad de los procesos de forma eficiente – desde un punto de vista práctico. Por ejemplo en el campo del turismo cultural, nos fijamos especialmente en aquellos conceptos y prácticas que engloban el turismo tanto cultural como el creativo, y ambos desde una perspectiva sostenible e inclusiva. 

¿Nos podrías explicar un poco más qué es la investigación en el campo de la gestión cultural? 

Evidentemente el ámbito de la investigación en el campo de la gestión cultural es interdisciplinar ya que forma parte tanto de las disciplinas de las ciencias humanas y sociales como de las artes y también de las que forman parte de los campos empresariales. Sin embargo, nos encontramos en una etapa en la que la tendencia es orientar cada vez más las cuestiones de investigación hacia esferas que vinculan la cultura y su gestión a ámbitos sociales, ambientales, políticos y propiamente creativos, dejando a lado los aspectos más instrumentales para dar valor a sinergias entre la cultura y otras áreas de actuación. Por ejemplo, recientemente desde la UOC hemos participado en proyectos competitivos de investigación internacional en los que hemos analizado el espacio público, la inclusión y los eventos culturales urbanos. También participamos en investigaciones sobre políticas culturales, sobre procesos de evaluación tanto de redes institucionales, como la red de Fábricas de Creación de la ciudad de Barcelona, o de proyectos culturales comunitarios como ha sido la Ópera Comunitaria “La gata perduda” iniciada por el Gran Teatro del Liceo, entre otros.