A punto para el cambio de hora

02/11/2021

El pasado domingo hicimos el cambio hacia el horario de invierno. Para muchas personas, esta modificación puede suponer un malestar importante. Lo más probable es que esta semana tengas menos estimulación para hacer actividades y sientas la necesidad de un cierto recogimiento en casa. Se trata de una situación que podemos mejorar manteniendo la rutina y la cotidianidad.

Te damos siete recomendaciones para adaptarte al nuevo horario

  1. Mantener al máximo las rutinas habituales.
  2. Disfrutar de la luz natural y tomar el sol.
  3. Hacer actividades al aire libre y mantenernos activos.
  4. Hacer actividades tranquilas y relajantes antes de acostarnos.
  5. Evitar el uso de dispositivos móviles (tabletas, teléfonos, etc.) en la cama con la luz apagada.
  6. Pasar tiempo en familia y con los amigos.
  7. Hacer comidas ligeras y consumir alimentos de temporada.

Menos concentración y más cansancio

Diego Redolar, profesor y experto de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, asegura que «ni es depresión ni es apatía», por más que estas palabras sean habituales a la hora de definir cómo nos sentimos.

«Los primeros días puede costarnos más ir a dormir, podemos sentir que tenemos menos concentración y podemos levantarnos más cansados», afirma. Esta sería, según Redolar, la sintomatología más usual entre la mayoría de la población. De hecho, «el cambio de hora no tiene implicaciones marcadas a escala biológica para las personas adultas; en cambio, sí afecta más a las personas mayores y a la población infantil, puesto que son mucho más sensibles», señala el experto, 

Una hora de cambio, un día de adaptación

Los estudios indican que por cada hora de cambio de horario necesitamos 24 horas de adaptación biológica, puesto que el cerebro humano tiene esta capacidad de adaptación. Sin embargo, «es muy recomendable mantener las rutinas habituales para poder adaptarnos mejor al cambio de hora», aconseja Redolar. «De hecho, estos días deberíamos fortalecerlas y no tendríamos que modificar horarios de despertador, comidas y duchas», apunta.

Todas estas rutinas son señales que ayudan el cerebro humano a adaptarse, como también lo es la luz. El sol ayuda a regular los ritmos biológicos y circadianos, como el ciclo sueño-vigilia, puesto que el cerebro recibe la información de la luz, segrega hormonas y regula el metabolismo en función del momento en el que nos encontramos. De hecho, la luz es el principal estímulo que recibe el cerebro para activar la vigilia.

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