Alfredo Casares: “El periodismo de soluciones es periodismo de investigación al servicio de lo que funciona”

En el año 2013 los periodistas del New York Times David Bornstein y Tina Rosenberg crearon una nueva técnica periodística, a partir de la necesidad de añadir nuevas metodologías para redactar noticias, debido a la transformación del oficio, sobre todo con la irrupción de las TIC: el periodismo de soluciones o solutions journalism. Una apuesta por un periodismo que combina la investigación y entra a explicar la problemática del caso o hecho, aportando profundidad y soluciones. 

Desde el Máster universitario en Periodismo y Comunicación Digital: Datos y Nuevas Narrativas, nos acercamos a este concepto y a sus oportunidades de la mano de Alfredo Casares, uno de los impulsores de este periodismo en España. Con él conversó hace unos meses la directora del máster, Candela Ollé y la periodista Cristina Monge. Podéis recuperar su charla aquí:

Alfredo Casares es periodista, fundador y director del Instituto de Periodismo Constructivo y autor del libro «La hora del periodismo constructivo” (Eunsa, 2021). Ha sido seleccionado Solutions Journalism Network Lede Fellow 2021 y Acumen Fellow 2020 para la transformación social. Licenciado en Periodismo y máster en Dirección de Empresas, tiene una larga trayectoria en puestos directivos en el periodismo y la comunicación corporativa, y ha dirigido proyectos que han recibido una decena de premios nacionales e internacionales.

Conversamos con él para conocer qué es el periodismo de soluciones y cuáles son sus aportaciones al conjunto de la sociedad.

¿Cuándo conoces el periodismo de soluciones? Explícanos qué es el periodismo de soluciones y cómo llegas a él.

Entré en contacto con el periodismo de soluciones cuando fundé el laboratorio de Innovación Periodística en el Diario de Navarra, que fue el primer laboratorio en un diario impreso. Entonces mi propósito era aportar valor y encontrar formas más allá de la tecnología, más allá de las herramientas digitales: me preocupaba mucho el contenido. 

Me dediqué fundamentalmente a explorar las tendencias que había, a viajar y explorar contactos de mi etapa en Estados Unidos. Allí había una tendencia, el periodismo de soluciones, que me parecía muy atractiva y conectaba mucho con el propósito social del periodismo, que para mí era algo muy relevante. Además, asistí al nacimiento de Solutions Journalism Network, que es la organización referente más veterana y una plataforma muy necesaria e importante. El periodismo de soluciones no es otra cosa que periodismo de investigación al servicio de lo que sí funciona y explica los problemas también desde la perspectiva de las iniciativas que hay en marcha para resolverlos con rigor.

¿Cuál es la situación de este tipo de periodismo en Europa y EEUU? ¿Cuáles son las causas de que en España todavía haya tanto desconocimiento? 

El periodismo de soluciones arranca en EEUU, aunque hay iniciativas en Inglaterra, en el norte de Europa pero también en África, Asia y Latinoamérica. En España se da una circunstancia adicional porque tenemos un modelo de medios que es el pluralista polarizado, lo hace que tenga unas características un poco peculiares como en Italia. A eso se le suma una herencia cultural muy potente.  

En Europa hablamos más de periodismo constructivo, que tiene que ver con la calidad democrática, el diálogo, el entendimiento, la visión de futuro, el relato como comunidad que construimos a la escucha. Tiene implícito generar espacios de conversación muy inclusivos en los que cambian las preguntas y las conversaciones. Es un paraguas mayor en el que es fácil sentirse identificado y el periodismo de soluciones es una disciplina más concreta y sistemática que forma parte de ese periodismo constructivo. 

¿Cuáles son las amenazas del periodismo? ¿Qué aporta el periodismo de soluciones a los retos del periodismo?

El periodismo de soluciones aporta equilibrio al relato de la actualidad, al alma, a la imagen que transmitimos del mundo a la ciudadanía. La complejidad es más difícil de contar, es necesario ser riguroso cuando contamos iniciativas que resuelven parte de los problemas. La ciudadanía quiere una imagen más fiel del mundo, un esfuerzo por mirar de otra manera, de buscar las soluciones que no son simples, bucear y hacerse preguntas: ¿cómo lo está haciendo?, ¿hasta dónde llega la solución?, etc.

En relación con las amenazas, no me atrevería a sentenciarlo, pero probablemente las que siempre ha tenido el periodismo: la falta de independencia de los medios y la percepción de los ciudadanos de falta de confianza. La desconfianza lleva al abandono y desconexión como ciudadanos.

¿El periodismo de soluciones sirve para todo tipo de coberturas o hay temas más sensibles a este tipo de periodismo como por ejemplo, la emergencia climática?

Diría que sirve para cualquier tema. Es verdad que el periodismo de soluciones también explora los patrones, las tendencias y trata de dar una perspectiva completa al problema, sus consecuencias, la iniciativa que hay en marcha. 

Los resultados que obtienen, pueden ser buenos o no, porque también se puede trabajar el periodismo de soluciones con iniciativas que no han tenido el resultado esperado, pero que ofrecen aprendizajes muy importantes. Tiene que ver también con aproximarse a la realidad y entender la sociedad como un aprendizaje constante. Eso nos permite a los periodistas ser más compasivos con nosotros mismos, ya que no todo lo que se hace tiene que tener éxito a la primera. 

El periodismo de soluciones ofrece una manera de ver la realidad y el trabajo periodístico diferente. Es cierto que hay algunas áreas sociales, como el medio ambiente y la emergencia climática, donde el periodismo de soluciones se presta mucho por el impacto que tiene y obliga a cuestionar cómo cubrimos temas como este.

Entonces, ¿el periodismo de soluciones lucha contra la desinformación?

La voluntad clara es equilibrar el relato, con el objetivo de que la imagen de la realidad sea más fiel y sea más complejo caer en el fatalismo. Cuando uno trabaja el periodismo con honradez y con profesionalidad y con la voluntad de tener ciudadanos y ciudadanas mejor informados, que tengan una imagen más fiel y rigurosa del mundo, automáticamente está combatiendo también la desinformación. 

El rigor es enormemente importante, debemos dar crédito sobre las evidencias que mostramos. Hay que documentarlas convenientemente. De la misma forma que documentamos los errores y los fracasos cuando investigamos, pero en este caso aplicado a contar aquellas iniciativas o soluciones que sí funcionan.

¿Qué herramientas necesita un periodista para ejercer este tipo de periodismo? 

No son distintas de las que emplean los periodistas para hacer periodismo de denuncia o de investigación. Cuando nos encontramos ante una historia que nos atrapa como periodistas somos capaces de hacer preguntas diferentes que conducen a entrevistas singulares, en las que los interlocutores se explican desde una nueva perspectiva. Ahí se establece una conexión distinta. 

Entonces, si consigues inspirar, activar y tener una ciudadanía que conecte con los problemas desde la perspectiva de la solución podremos movilizar también a la sociedad a la medida que quiera y que pueda. El buen periodismo combate la desinformación y también lo hace periodismo de soluciones. 

¿Cómo surge la idea de fundar el Instituto de Periodismo Constructivo? Háblanos un poco de lo que hacéis.

En el 2020 obtuve una Fellowship  Acumen, un programa enormemente inspirador, en el que entiendo también cuál es el impacto social de lo que yo quiero hacer y me ayuda mucho junto a la experiencia, la inspiración y el acompañamiento de mis 23 colegas que formamos parte de esta primera corte en España.

El libro no es un manual, explica el proceso constructivo, hace un recorrido y lo argumenta con estudios y con muchos ejemplos. Trato de compartir qué es el periodismo constructivo, el periodismo de soluciones, el rol de los periodistas y la función del periodismo, con la voluntad que forme parte de la conversación social y sobre todo de la conversación en el sector, que considero fundamental para los profesionales de la información.

Arrancamos el Instituto en el 2021 y hay 3 líneas de trabajo fundamentales: la primera es que forme parte de la conversación social y del sector, la segunda es la formación y capacitación para medios y asesoramiento, (75 periodistas de 9 medios) y la tercera, llegar también a la formación para universitarios. Los periodistas valoran muchísimo tener foros como este, donde poder conversar. 

En tu libro ‘La hora del periodismo constructivo’ quieres conseguir una “imagen esperanzadora del futuro del periodismo como motor de la transformación social, hoy más necesario que nunca”. ¿Qué importancia le das a la formación y actualización del sector?

Nos quejamos de una falta de formación constante. Valoramos la idea de tomar distancia con lo que haces, o hacen, y sacar tiempo para formarse: no es fácil, pero se valora mucho. 

Además, en los últimos años hemos puesto mucha atención en la parte técnica, multimedia, etc. Reflexionar sobre el fondo de nuestro trabajo, establecer una relación más horizontal con la ciudadanía cuesta, pero merece la pena explorar formas complementarias.

Con tu trayectoria profesional dirigiendo medios y equipos, ¿el periodismo de soluciones es una opción para conectar con las audiencias y ampliar targets?

Hay estudios que muestran que las audiencias más jóvenes valoran y demandan estas perspectivas de contar problemas con las soluciones y piden inspiración para actuar. En las experiencias con ciudadanos valoran el periodismo de soluciones y se genera una vinculación muy alta.