Barcelona Litoral o dónde observar los cruces entre envejecimiento y urbanismo

11 de abril de 2025
Este texto quiere dar cuenta del proceso interno llevado a cabo por el equipo de Ciudades que envejecen para acotar el territorio en el cual llevar a cabo el trabajo de campo. En primer lugar, da cuenta de las constataciones de partida del proyecto, así como de las intuiciones acerca de los posibles lugares de observación. A continuación, describe las acciones de rastreo, archivo y documentación realizadas para obtener datos que han contribuido a enfocar el campo. Por último, describe algunos de los aspectos demográficos, de planificación y políticas públicas relevantes para decantarnos por la Barcelona Litoral como lugar para observar el presente y el futuro del envejecimiento urbano.

Ciudades que envejecen parte de una intuición: envejecer «bien» en el mundo por venir va a ser algo diferente a lo que imaginamos hoy en día y, para intentar hacer proyecciones de futuro, no basta con fantasear o elucubrar sobre escenarios utópicos. Al contrario, tal vez una aproximación sea aprender a trabajar en formas de especulación colectiva y situada a partir de los contextos y realidades actuales, con una mirada cercana a lo que supone el envejecimiento hoy en entornos densamente urbanizados. En el litoral del Estado español hay innumerables enclaves urbanos en donde cristaliza el imaginario de lo que sería una «buena vida de retiro», un envejecimiento confortable, surtido de servicios públicos e infraestructuras compactas, en un clima envidiable: bajo la cálida luz del sol y con la cercanía de la playa. Pero qué pasa si nos preguntamos por la caducidad de ese modo de «vida mayor» o los límites planetarios tensionados por este proyecto de buen envejecer.

La tendencia demográfica apunta a que cada vez habrá más proporción de personas envejecidas viviendo cada vez más años. Las proyecciones climáticas nos hablan de escenarios ambientales adversos, con episodios prolongados de calor abrasador, sequías pronunciadas y fenómenos lluviosos tenaces concentrados en muy corto espacio de tiempo. Las infraestructuras urbanas –de la vivienda al transporte, de los equipamientos y servicios al mobiliario del espacio público– concebidas en un marco de utilización ilimitada de recursos pertenecen a un modelo de desarrollo cada vez menos compatible con los límites que impone el planeta. Tanto el modelo como su materialidad se avejentan con el tiempo. Tomando en consideración estas variables, nos cuestionamos: ¿En qué enclaves podríamos observar la cuestión del envejecimiento urbano contemporáneo e intentar proyectarla hacia el futuro?

Nos hicimos esta pregunta teniendo en mente varias acotaciones territoriales posibles. En un inicio barajamos la Costa del Sol y su inspirador estilo arquitectónico del relax. Pensamos en el litoral sur de la isla de Tenerife y en las costas mallorquinas. Nos fascinamos con la Costa Blanca y en particular con la ciudad de Benidorm, paradigmática por su desarrollo urbanístico en torno al sol, por la migración de retiro y el turismo, así como por su estética icónica; pero también como un lugar pionero en la investigación social en torno a la encarnación urbana del bienestar (Mazón, Delgado y Hurtado, 2012), sin olvidar los límites del turismo y el retiro, que el equipo de Mario Gaviria articuló en una serie de publicaciones centrales para nuestro proyecto. En este recorrido por el litoral del Estado español también contemplamos las costas catalanas, en particular la Costa Brava.

ACOTAR EL CAMPO

¿Cómo elegir un segmento del litoral del Estado español donde intentar comprender cómo se están ensamblando las infraestructuras y artefactos urbanos con las vivencias cotidianas de las personas que ahí envejecen? ¿En dónde podríamos fijarnos para observar el detalle, el grano de estos acoples? ¿Qué asuntos estaríamos privilegiando o dejando a un lado al descartar unas u otras regiones? Durante los primeros meses de indagación combinamos dos tareas. Por una parte realizamos un trabajo documental y de archivo bibliográfico y visual sobre el urbanismo de la edad avanzada. Por otra, nos volcamos en una revisión de datos demográficos y poblacionales; de planes de envejecimiento estatales, autonómicos, comarcales y municipales; de proyectos de la Administración Pública en los cuales entroncan envejecimiento y urbanismo; y de casos específicos e iniciativas sociales, comunitarias, activistas o privadas que abordan alguna de las preguntas que nos ocupan.

A partir de esta exploración de enfoque biopolítico (Moreira, 2017) –atenta, por tanto, a cómo diferentes saberes expertos han problematizado tendencias poblacionales para intervenir y modular los cuerpos mayores a través de la producción de infraestructuras, ecologías de apoyos y condiciones de posibilidad para una vida activa en longevidad y calidad de vida–, en la que rastreamos la mirada del Estado sobre el envejecimiento y los ensamblajes urbanos que ha hecho existir, nos decantamos por centrar la atención en las costas catalanas y, en particular, en el litoral barcelonés como encuadre para el trabajo de campo de Ciudades que envejecen.


La decisión por Barcelona Litoral1 no es caprichosa. Si bien una imagen recurrente es que la población más envejecida vive mayoritariamente en localidades pequeñas de interior, la mayor concentración de población mayor se da en entornos costeros densamente poblados. La urbanización prácticamente sin costuras del litoral barcelonés es un buen ejemplo de esto, como hemos comprobado consultando datos demográficos del Instituto de Estadística de Catalunya. Encontramos también en este segmento litoral una variabilidad amplia de tipos de urbanización. Desde ejemplos de tejido urbano abigarrado en donde predominan edificaciones verticales y en altura (Barcelona ciudad y su área metropolitana o Mataró) a enclaves de urbanización más esparcida, bien en conjuntos residenciales cerrados o en viviendas aisladas entre sí y de sus núcleos urbanos más próximos (en municipios costeros del Maresme, como Alella; en localidades del Baix Llobregat, como Castelldefels; o en las inmediaciones de enclaves urbanos del Garraf, como Sitges).


Si bien estas dimensiones de densidad poblacional y tipos de urbanización se encuentran en otros tramos del litoral del Estado español, un tercer aspecto acerca de la diversidad sociológica de la costa barcelonesa fue el argumento definitivo para decantarnos por esta acotación territorial. En la Barcelona Litoral conviven diversas maneras de envejecer atravesadas por la clase y la condición económica; por trayectorias vitales de migración (desde otros territorios del Estado español en la segunda mitad del siglo XX y desde más allá de las fronteras españolas más recientemente); por migraciones acomodadas de retiro provenientes del norte de Europa en busca de la «buena vida bajo el sol», así como migraciones para el trabajo en la edad adulta que, en un porcentaje cada vez creciente, deciden quedarse en el territorio tras jubilarse; pero también formas de envejecer organizadas en torno a la identidad LGTBIQ+, ampliando las maneras en que se expresa la diversidad de género en la edad avanzada, por citar algunas.


A partir de estos criterios y de nuestras observaciones sobre el terreno, nos decantamos por segmentar la unidad territorial Barcelona Litoral en la línea de urbanización costera –aunque no estrictamente de playa– entre los municipios de Calella, por el sur, y Blanes, por el norte.

RASTREAR PISTAS

En nuestras averiguaciones documentales para decantarnos por esta acotación territorial nos preguntamos qué cuantifican las instituciones públicas, qué proyectan y planifican, qué alianzas institucionales se ponen en valor, qué aspectos obtienen visibilidad y cuáles datos abiertos se pueden consultar –fundamentalmente online– acerca de envejecimiento y urbanismo en una doble dimensión o distinta manera de enfocarlo: desde los planos poblacional y urbano-material. Nos dedicamos a trazar un mapa de la mirada (puesta en valor de variables, términos y aspectos estadísticos), la intervención (desarrollo de políticas públicas, estrategias y planes de gobierno) y la comunicación (informes de actuación y algunas apariciones en prensa) de las administraciones públicas atendiendo a las dimensiones centrales del proyecto: cuestiones medioambientales, infraestructurales y de equipamientos urbanos, de transportes y de vivienda. Este barrido de archivo se hizo acotando territorialmente las búsquedas a Catalunya, con especial atención al Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y a algunos enclaves en el Garraf, el Baix Llobregat, el Maresme, el Baix Empordà, la Selva y el Vallès Occidental.

Las búsquedas se realizaron entre octubre de 2024 y enero de 2025 utilizando motores de búsqueda y repositorios digitales, principalmente a través de Google, Google Scholar, Perplexity y las páginas web de la Generalitat de Catalunya (DIXIT, IDESCAT), la Diputació de Barcelona, el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), el Ajuntament de Barcelona y el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO).

De la vasta recopilación y revisión documental, que por motivos de concreción y espacio no tiene cabida pormenorizar en este texto, nos parece relevante extraer algunas cuestiones que nos han ayudado a acotar la mirada en el territorio Barcelona Litoral para llevar adelante el trabajo de campo de Ciudades que envejecen.

MIRADA DEMOGRÁFICA

En 2024 vivían en Catalunya más de un millón y medio de personas entre 60 y 79 años y casi medio millón de personas de 80 años y más, lo que en total supone un 25,6% de la población residente en la región. En cualquiera de los escenarios que plantea el Instituto de Estadística de Catalunya, la proyección es que para el año 2070 el total de gente de más de 65 años, tanto en Catalunya como en el conjunto del Estado español, suponga el 30% de la población. Estos datos y proyecciones indican una región donde el envejecimiento va en aumento, no solo en cantidad de años que llegan a vivir sus habitantes, sino en densidad demográfica de personas mayores.

Las localidades más densamente pobladas de la región se encuentran próximas a la línea de costa y, si bien la población más envejecida de la Comunidad reside en la Catalunya interior, es en estos grandes núcleos urbanos concatenados donde se concentran más cantidad de residentes envejecidos y por envejecer. Si bien el criterio que empleamos no comprende que necesariamente estos municipios cuenten con acceso directo a la playa, la proximidad litoral nos parece de relevancia para dar cuenta de la unidad. Entre las localidades que superan los 5.000 hab/km2 encontramos Mataró, Vilassar de Mar, Castelldefels y Sabadell; entre las que superan los 10.000 hab/km2 encontramos, por ejemplo, Barcelona, Badalona, L’Hospitalet y Cornellà de Llobregat.

En el plano demográfico destacamos también que entre la población centenaria en la Comunidad Autónoma (unas 2730 personas) hay actualmente 5 veces más mujeres que hombres, lo que nos lleva a preguntarnos por la longevidad futura desde una perspectiva de género.

Consideramos también relevante un dato al que no se le suele prestar demasiada atención: el 16,7% de la población extranjera en Catalunya tiene 65 años y más. Encontramos referencias muy sucintas (en el Pla Barcelona, ciutat amigable amb las persones grans 2020-2030 y en el Pla d’envelliment actiu de Cardedeu) a la especificidad de la vejez migrante en planes de envejecimiento y políticas públicas, lo que nos hace plantearnos: ¿Cómo envejecerán las personas migrantes en la región y en qué condiciones lo harán dependiendo de su lugar de procedencia y de su situación administrativa, del motor de su migración, de su situación económica y de su red en la región?

POLÍTICAS PÚBLICAS Y PLANES DE ENVEJECIMIENTO

En la revisión de las políticas institucionales sobre envejecimiento, tanto a nivel autonómico como comarcal y local, identificamos que se repite la consigna de proyectar planes de «envejecimiento activo de Km0». Más allá de la proveniencia de esta directriz, nos llamó la atención el entronque de dos lógicas: por un lado la de un hacerse mayor vitalista y dinámico que ha dominado el discurso sobre el envejecimiento activo de las últimas décadas (Lassen y Moreira, 2014); y, por otro, la de una vida de proximidad, sostenible y con bajo impacto de contaminación, proveniente de discursos medioambientalistas y ecologistas. Resulta interesante observar ambas vertientes y sus puntos de encuentro, tanto para pensar en las políticas presentes y en cómo se decantan en el día a día de las personas mayores, como en las estrategias futuras y en cómo imaginar el envejecimiento de las generaciones por venir.

En este ejercicio de revisión de políticas públicas nos llama la atención la compartimentación estanca de asuntos relevantes que atañen al envejecimiento. Como ejemplos, apenas en contadas ocasiones encontramos referencias al futuro envejecer de la población migrada residente en el litoral barcelonés. También son sucintas las referencias explícitas a políticas institucionales particulares para el envejecimiento de personas LGTBIQ+, un asunto que encontramos representado en mayor medida en el tejido asociativo, por ejemplo, en Sitges. Por último, nos llama la atención que, siendo las personas mayores uno de los colectivos más vulnerables a los efectos del cambio climático, las políticas públicas sobre envejecimiento no contemplan en general medidas transversales que tomen en cuenta esta variable.

Más allá de cómo se decanta específicamente cada formulación de planes y políticas de envejecimiento, algo sin duda relevante y que exploraremos a lo largo de la investigación, esta observación nos nos habla de distintas versiones, silos o políticas sectoriales que versionan la planificación de los impactos urbanos del envejecimiento poblacional y nos indica que, tal vez intentando trazar hilos de conexión y cooperación transversal, trans-sectorial y trans-disciplinar entre ellos podamos imaginar futuros situados del «buen envejecer».

ÁMBITOS DE INSCRIPCIÓN

El trabajo de revisión documental para Ciudades que envejecen nos ha llevado a poner el énfasis en cuatro campos de problemas que resultan claves para observar los cruces entre envejecimiento y urbanismo en la Barcelona Litoral. Así, encontramos rasgos sobre los cuales plantear preguntas presentes y futuras al enfocar: (a) la dimensión de movilidad y desplazamiento de las personas mayores, donde la accesibilidad urbana y del transporte tiene una dimensión preponderante, teniendo en cuenta una predilección por el uso del autobús frente al metro en tejidos urbanos densos, pero también las preferencias y límites del uso de vehículos privados en formas de urbanización dispersas; (b) la dimensión habitacional y de vivienda, con un especial interés en los modelos habitacionales de residencia y convivencia, la obsolescencia infraestructural con una perspectiva de adaptación climática y  la importancia de la proximidad a equipamientos y servicios públicos; (c) la dimensión de equipamientos urbanos, como centros de salud y otras infraestructuras sanitarias, espacios públicos de transición, dotaciones como mercados, bancos y comercios, parques, etc; (d) y por último una dimensión ambiental, que considera la evidencia científica sobre el cambio climático y la especial vulnerabilidad de las personas mayores, más predispuestas a vivir en soledad, en edificaciones obsoletas y mal aisladas. Considerados en su conjunto, estos cuatro campos de problemas se nos presentan como áreas ineludibles para hacer prospectiva de los retos y condicionantes de los ensamblajes urbanos del envejecer (caracterización teórica a la que dedicaremos un post subsiguiente).

Bibliografía

Lassen A.J. y Moreira T. 2014. “Unmaking old age: Political and cognitive formats of active ageing” en Journal of Aging Studies, 30(1), 33-46. https://doi.org/10.1016/j.jaging.2014.03.004

Mazón, T., Delgado, E. y Hurtado, J.A. 2012. “El éxito de un destino turístico: el Benidorm de Mario Gaviria” en Revista da Casa da Geografia de Sobral (RCGS), 14(1), p. 81-95.Moreira, T. 2017. Science, Technology and the Ageing Society. Routledge.

Moreira, T. 2017. Science, Technology and the Ageing Society. Routledge.

Notas al pie

1 La demarcación «Barcelona Litoral» no es, en la actualidad, un territorio administrativamente delimitado. Se trata de una composición que acotamos en este estudio para dar cuenta de la franja costera de la provincia de Barcelona y de la singularidad que en esta encontramos. Profundizaremos en la geología de esta composición en un futuro post.

2 Términos iniciales de búsqueda, en castellano y catalán: Envejecimiento / envelliment, Plan de envejecimiento / pla d’ envelliment, Envelliment Km0, Estrategia de envejecimiento / estratègia de envelliment, Personas mayores / gent gran, Servicios y derechos sociales / serveis i drets socials, Retiro, Jubilación / Jubilació, Envejecimiento activo / envelliment actiu, Soledad no deseada / solitud no vulguda, Convivencia intergeneracional / convivència intergeneracional, Mayores LGTBI+ / Gent gran LGTBI+, Migración y personas mayores / migrantes mayores / gent gran migrant, Transporte accesible / transport accessible, Olas de calor y personas mayores / Onades de calor i gent gran (equipament pùblic: refugis climàtics; espai pùblic: itineraris bioclimàtics, ombres; edificacions: adaptació, pobresa energètica, etc), Cocreación con gente mayor / co-creació amb gent gran, Urbanismo y territorio / urbanisme i territori, Playas accesibles / platges accessibles, Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores (vinculado al programa Age Friendly World de la WHO), Edadismo / edadisme.

3 Municipios iniciales de prospección: Barcelona, Badalona, Mataró, Arenys de Munt, Arenys de Mar, Canet de Mar, Vilassar de Mar, Vilassar de Dalt, Lloret de Mar, L’Hospitalet de Llobregat, Sant Boi de Llobregat, Castelldefels, Sitges, Vilanova i la Geltrú, Blanes, Pineda de Mar, Castell d’Aro, Platja d’Aro i s’Agaró, Sant Feliu de Guíxols, Cornellà, Terrassa, Sabadell, Cerdanyola del Vallès y Sant Cugat del Vallès.

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