Incertidumbres: la sociedad ante la pandemia de la Covid-19

05/05/2020
sociedad ante covid-19 Fuente: Wikimedia Commons. Autor: Nemo

En la crisi derivada por la pandemia del nuevo coronavirus, ¿en qué posición queda la sociedad frente a la Covid-19? Los difíciles equilibrios entre la ciencia y la política nos sitúan en dos escenarios bien distintos.  La ciencia es lenta y se mueve por evidencias, la política debe ser rápida y en ocasiones preventiva, garantizando la vida y la convivencia de la población, pero no de cualquier manera. Debe garantizar la vida digna, la vida en condiciones humanas, donde las desigualdades y las diferencias sean las mínimas posibles. No parece que en la gestión de esta crisis las decisiones políticas estén dando la medida. Es cierto que equilibrar las garantías en salud con la economía no siempre son fáciles y menos ante una pandemia sobre la que aun hay mas desconocimiento que evidencias. También a los científicos que respaldan las medidas políticas se les pide diligencia y certezas, cosas que no forman parte de su método. A veces, da la impresión de que los políticos usan la ciencia o a los científicos como coartada para sus decisiones partidistas, lo cual pone en una situación devaluada a la ciencia.

Jose Luis Sampedro, en el prólogo del libro de Stephane Hessel, “Indignados”, con motivo de los movimientos del 15M, ponía de manifiesto los riesgos del adoctrinamiento y la privación de libertades. La dialéctica está entre la libertad de expresión y movimientos que teóricamente defienden las democracias y el control que persiguen los regímenes totalitarios, las dictaduras o los estilos de gobierno basados en el miedo, la amenaza y el castigo.

Son muchas las formas de ejercer el poder y muchas las tentaciones de asumirlo como un mandato absoluto y con capacidad de imponer y controlar alegando peligros reales o ficticios. Orwell ya lo dejó proféticamente bien claro en su novela “1984”.  El gran hermano puede materializarse en unas leyes que restringen derechos de manifestación o impiden las relaciones humanas en aras de bienes superiores.

La pandemia por la Covid-19 es el último episodio de este control donde se enfrentan distintos valores: la libertad de movimientos, la libertad de expresión, frente a otro valor superior: la vida, la salud.

El impacto en la sociedad de las medidas ante la Covid-19

El confinamiento al que nos tiene sometido el gobierno, no solo confronta valores, sino que plantea conflictos por las contradicciones que encierra el confinamiento y las conductas que alimenta en muchas personas y en determinadas fuerzas que intentan hacer cumplir las conductas individuales que se extralimitan a las indicaciones que el gobierno impone basado en el criterio de los expertos científicos, que parece son quienes nos gobiernan.

El “estado de alarma sanitaria” que se va prorrogando por quincenas tiene sus propias contradicciones, a veces poco entendibles. 

¿Porqué se prohíbe viajar en un mismo coche a todos los miembros de una familia que viven en el mismo domicilio, que se abrazan y tocan y sin embargo se permite que puedan viajar en un mismo medio de transporte, sin las distancias establecidas a personas que se dirigen a su trabajo u otros establecimientos?

¿Por qué se sanciona a ciudadanos que salen a la calle o van a pasear cuando ni se acercan ni se rozan con gente y se permite que esas mismas personas puedan ir a un supermercado?. 

¿En qué poder se legitiman las multas que se imponen a las personas que de acuerdo a sus principios de responsabilidad deciden realizar acciones que no ponen en riesgo a otros ciudadanos, pero están prohibidas por el gobierno a través de decretos que carecen de poder sancionador?. 

¿Cómo es posible que las personas que aplauden a las ocho de la tarde a los profesionales que atienden a los enfermos, luego sus vecinos les envíen mensajes pidiéndoles que abandonen sus hogares por miedo a que les contaminen?.

 ¿Porqué los propios ciudadanos se están convirtiendo en los perseguidores de aquellos que pasean con sus perros, con personas con discapacidad o salen de sus domicilios para poder respirar un clima menos estresante que el que puedan tener en sus viviendas?

 ¿Cómo es posible que en un mismo hogar puedan convivir personas expuestas a posibles malos tratos?

Da la impresión de que el proteccionismo que se nos impone bajo fórmulas de pandemia, de amenaza, de poner en riesgo la vida de los demás, está calando en la sociedad no solo asumiendo de forma sumisa los criterios impuestos, sino reproduciendo conductas amenazantes.

Dicen que de esta pandemia saldremos. No lo pongo en duda. Lo que no sé es cómo saldremos. El miedo inoculado es la mejor vacuna para una moral distinta; lo que no se es si para una buena moral.

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Autor / Autora
Daniel Rueda Estrada
Profesor del máster universitario de Trabajo Social Sanitario de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Comentarios
M J. Salvador07/05/2020 a las 10:54 AM

Deseo felicitar al autor por un artículo que lleva a la reflexión y a la contraposición de valores entre la libertad, la salud, la convivencia y las normas…Abre muchas líneas e interrogantes a debate, sobre todo para los profesionales del ámbito social y sociosanitario

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