Simposio Mediatecas: Sesión 3

28 de mayo de 2010

Conservación de media art. Archivos y Mediatecas

La tercera sesión del día se ha centrado en las necesidades de conservación y preservación de obras de media art que empezaron a producirse en las tres últimas décadas y están hoy particularmente en situación de riesgo, como es el caso de las obras publicadas en los años 90 en formatos electrónicos. Han participado en esta sesión Yves Bernard, Director iMAL-Centre for digital Cultures and Technology (Bruselas), Alain Depocas, Director de la Fondation Daniel Langlois (Canadá) y Patricia Sloane, Asesora del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (Ciudad de México).

Yves Bernard, Director iMAL-Centre for digital Cultures and Technology (Bruselas) modera esta mesa, que ha abierto con la presentación del trabajo que se lleva a cabo en iMal, un centro que inició su actividad como laboratorio (interactive Media Art Laboratory) en 1999. Impulsado por artistas, diseñadores, ingenieros y la asociación de artistas visuales de Bélgica (NICC), se estableció con el objetivo de apoyar las prácticas artísticas vinculadas a las nuevas tecnologías. En 2007, se inauguró el  Center for Digital Cultures and Technology, sede de iMal en Bruselas con una superficie de 600m2, que dedica tanto a exposiciones como a un laboratorio y taller para artistas dirigido por creadores de reconocida trayectoria (por ejemplo, Casey Reas, David Rokeby o Julian Oliver).

La primera pregunta que plantea Bernard es: ante un panorama en el que una parte importante de la herencia cultural estará en la Red, lo queramos o no, ¿para qué necesitamos infraestructuras físicas? Poniendo como ejemplo el proyecto Alerting Infrastructure (2003) de Jonah Brucker-Cohen, Bernard se pregunta cuál es el equilibrio correcto entre ladrillos y electrones. Concretamente, la institución a la que representa mantiene sus archivos en la Red, alojando además muchos contenidos en sitios populares como Flickr, que les permite ahorrar recursos y teóricamente preservar sus archivos aún en el supuesto en que el iMal despareciera. La función de un archivo digital es dar acceso al público a las obras y su documentación, y hoy en día es posible colgar esos contenidos en la Red con una calidad similar a la original. Estos datos son además accesibles, indexables, y permiten al público hacer comentarios. ¿Para qué una infraestructura física? El archivo del siglo XXI es una colección en la Red de archivos hipermedia.

Con todo, algunas razones motivan la existencia de un espacio físico para la institución: motivos de derechos de autor, técnicos, la posibilidad de ver las obras en su estado original en vez de copias, como lugar de encuentro entre personas. Como indica Bernard, algunas obras no pueden mostrarse solamente en Internet. En iMal, el sitio web es el archivo, que se extiende a las redes sociales. Nunca se elimina ningún dato, para que el archivo crezca de manera continua, y se añaden metadatos a todo lo que se publica. En este aspecto, destaca el hecho de que el archivo es mantenido apenas por tres personas, de manera que sus recursos son limitados en el caso en que tuvieran que migrar los contenidos o establecer una nueva base de datos. Aquí los sitios web de las grandes empresas aportan una solución para la distribución de los contenidos del archivo: de la misma manera en que se publican fotos en Flickr, recientemente han colgado en YouTube la documentación en vídeo sobre media art desde 2000 a 2006, que han recopilado en unos 40 clips (con una duración total de más de 3 horas). Ejemplos como el uso de YouTube o Flickr consistuyen soluciones temporales, pero se plantea aún el reto del futuro de las mediatecas y los archivos, y cómo equilibrar el espacio físico con el virtual.

Bernard cierra su intervención con un caso práctico, la recuperación de obras de arte en CD-ROM, un medio que fue popular en los años 90 y sufrió una súbita obsolescencia. Según Bernard, este fue el primer caso de un medio puramente digital, en el que no importaban las cualidades físicas del equipo. Los CD-ROMs han dejado de ser distribuidos y no tienen valor comercial, quedando como una “isla de producción cultural” sin documentación sobre su historia. Y sin embargo se trató del primer medio digital que persiguió la utopía de acceder a un público masivo, generando nuevas formas de distribución de las creaciones artísticas antes de la aparición de Internet. Artistas como JODI, Graham Harwood o Peter Gabriel desarrollaron CD-ROMs artísticos, siendo este medio particularmente popular en Europa. Las colecciones de CD-ROMs no se mantienen hoy en día porque resulta demasiado complejo exponerlos, y de esta manera un medio que contiene el ADN de las prácticas artísticas posteriores está desapareciendo para siempre. Este caso ilustra la condición de obsolescencia programada de los medios a la que se enfrentan los archivos. Afirma Bernard que debemos aprender a vivir en una era de obsolescencia global. Ante esto, propone dos estrategias, la emulación (física) o la reinterpretación (en Red) y sugiere que debería crearse un consorcio internacional de archivos de media art y presionar a los fabricantes para que liberen el código del software que se ha quedado obsoleto, así como crear un lobby a nivel europeo para impulsar políticas modernas de conservación de la cultura.

Alain Depocas, Director de la Fondation Daniel Langlois (Canadá), presentó la historia de la fundación, creada en 1999 y dedicada a la conservación, investigación y catalogación de media art a través de diferentes proyectos. Entre sus prioridades está la documentación del contexto de la producción, así como la escena del media art contemporáneo y por último el contexto histórico desde finales de los años 50 hasta la actualidad. Han financiado más de 200 proyectos. Entre sus colecciones y archivos se encuentran registros de los pioneros del media art, como son una colección de más de 500 documentos de las actividades de Experiments in Art and Technlogy, la documentación escrita y en vídeo del histórico proyecto 9 Evenings: Theatre and Engineering o la colección de videoarte de Steina y Woody Vasulka.

El archivo se estructura en una serie de módulos (individuos, organizaciones, eventos, obras, documentos, terminología y tecnologías) interconectados, de manera que se puedan establecer relaciones entre ellos. Los documentos deben informar acerca de la obra de la manera más exhaustiva posible, lo cual incluye también documentos técnicos tales como diagramas de instalación. Al respecto destaca un proyecto llevado a cabo por la investigadora residente Clarisse Bardiot, que presenta los diagramas técnicos de las obras realizadas para 9 Evenings en los cuales cada parte del diagrama revela una información adicional, en forma de texto o imagen. A este tipo de documentación se añaden las entrevistas con artistas e ingenieros.

Depocas presenta finalmente la línea de tiempo del proyecto DOCAM, una visualización de los datos recogidos acerca de determinadas obras en las que se comparan con la evolución de la tecnología en la que se basan. Esta visualización permite una conexión tanto de la obra hacia la tecnología como de la tecnología hacia la obra. La Fondation Daniel Langlois, añade, está trabajando actualmente en una nueva version de su archivo en el que todos los contenidos podrán consultarse en su sitio web, permitiendo además que los usuarios participen añadiendo sus contribuciones a los documentos.

Patricia Sloane, Asesora del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (Ciudad de México), introduce a través de un texto de Olivier Dubois las relaciones entre el arte latinoamericano vinculado a la cibernética y el arte conceptual, destacando la falta de visibilidad de unos artistas que en los años 70 quedaron apartados de las corrientes principales del arte contemporáneo. En el México actual, apunta Sloane, se da un “ambiguo affaire” con la modernidad, siempre a punto de ser y siempre inconcluso. En los años 70, los artistas debieron ser sus historiadores y archivistas. Para llegar a la implementación de las práctica artísticas, hilar pasado y presente, inevitablemente cabe la implicación de la institución museística. Es precisa una sensibilización del atraso histórico, una historización consciente y sistemática. En este contexto de falta de historia nace el MUAC. Han realizado acciones en favor del rescate histórico, no obstante, según Sloane, están lejos de lo que han presentado otros ponentes. México esta al dia en comercio y teoria, pero en cultura están atrasados. Sloane concluye su intervención con una invitacion a los ponentes a un foro en México para aprender de las estrategias desarrolladas en EEUU y Europa.

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