Alan Turing (II): el nacimiento de la computación

2 octubre, 2013

En abril de 1936, Turing mostró sus resultados sobre el Entscheidungsproblem a Von Neumann, pero el trabajo paralelo del lógico americano Alonzo Church, y la potente escuela lógica que le rodeaba enla Universidad de Princeton, fue conocido primero, y Turing se vio privado de la plena recompensa a su originalidad. El artículo de Turing sobre su resultado, «On Computable Numbers with an Application to the Entscheidungsproblem», no fue publicado hasta agosto de 1936. Aun así, la aproximación de Turing era original y diferente de la de Church, basada en construir un puente entre los mundos lógico y físico. Finalmente, el concepto del Máquina Universal de Turing (una única máquina que puede usarse para realizar cualquier tarea bien definida, suministrando el programa apropiado) ha devenido la fundación de la teoría moderna de computación.

Después de eso, desde septiembre de 1936, Turing pasó dos años en Universidad de Princeton, como estudiante de posgrado. Trabajó demostrando que su definición de computabilidad coincidía con la de Church; y en su tesis doctoral bajo la dirección de Church, Systems on Logics Based on Ordinals, una extensión de sus ideas. En 1938 le ofrecieron un puesto temporal en Princeton pero,  en cambio, regresó a Cambridge. En 1938-39 vivió de su beca del King’s College trabajando en lógica y teoría de números. No tenía puesto como profesor. Inusualmente para un matemático, por un lado asistió a las clases de filosofía de las matemáticas de Wittgenstein, y por otro construyó piezas para una máquina especial para calcular la función Zeta de Riemann.

Tras la declaración británica de guerra, Turing se fue a trabajar a tiempo completo en la sede de criptoanálisis, en Bletchley Park. Una vez más ideas estadísticas de Turing y su propio concepto de la máquina universal en combinación con productos electrónicos a gran escala llegó a tener consecuencias trascendentales, como se explica en estas entradas

Bombe en Bletchley Park - Fuente: Gerald Massey, Licencia: CC BY-SA 2.0
Bombe en Bletchley Park – Fuente: Gerald Massey, Licencia: CC BY-SA 2.0

En 1944, Alan Turing era casi el único en posesión de una motivación real para el ordenador moderno, una máquina capaz de realizar cualquier tarea programada. Planeó la construcción de la Máquina Universal de Turing en forma electrónica, y, de hecho, inventó el ordenador digital. El diseño de Turing, el Automatic Computing Engine, o ACE, fue aprobado al comienzo de 1946 en el National Physical Laboratory. En 1947 su Abbreviated Code Instructions era una de los desarrollos más tempranos de un lenguaje de programación. Pero ni un sólo componente del ACE se montó. Turing se sintió profundamente frustrando por esta falta de cooperación, muy diferente al espíritu de Bletchley Park en tiempos de guerra.

En octubre de 1947 Turing volvió a Cambridge. Pero en lugar de publicar sus principios fundamentales de computación, matemáticas o tecnología, dedicó su tiempo a la neurología y la fisiología. Turing nunca fue reservado respecto a su orientación sexual, pero en Cambridge se hizo más explícita y un estudiante de matemáticas se convirtió en su amante. Mientras tanto, otros proyectos informáticos tomaron la iniciativa y en junio de 1948 la Universidad de Manchester, bajo el impulso de Max Newman, tuvo la primera demostración práctica mundial del principio del ordenador de Turing.

En mayo de 1948, Turing aceptó el puesto de subdirector del laboratorio de informática en Universidad de Mánchester, ofrecido por Newman. La única función de Turing allí era la de organizador de programación. Sus ideas sobre el uso de la lógica matemática para el program checking, y su conocimiento enorme de métodos estadísticos, tal vez podrían haber dado lugar al desarrollo de software. Pero eso no sucedió. En su lugar, Turing revisitó viejos temas matemáticos como el cálculo de la función zeta de Riemann con el uso de una computadora prototipo, o estudió nuevos temas tales como la cuestión de la computabilidad dentro del álgebra de la teoría de grupos.

Más adelante, en 1950 Turing publicó Computing machinery and intelligence, otra obra impresionante, previendo las preguntas que hoy están en el centro de la inteligencia artificial. En este trabajo propone el Test de Turing, que sigue siendo la prueba a aplicar para responder si un ordenador puede ser inteligente.

M. Antonia Huertas es doctora en Matemáticas por la Universidad de Barcelona (UB). Licenciada en Matemáticas por la Universidad de Barcelona y en Humanidades por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Es profesora del Departamento de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC. Su trabajo de investigación se centra en Lógica y en e-Learning.

Esta entrada se publicó originalmente en inglés en el blog de los 15 años de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC.

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Javier6 octubre, 2013 a las 7:23 pm

Interesantes artículo. Gracias.

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