Laia Soldevila: “El coronavirus supone un peligro para la libertad de prensa”

4 mayo, 2020

Laia Soldevila es periodista, editora de Crític y profesora colaboradora del Grado en Comunicación de la UOC. El 3 de mayo se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa y en el horizonte han aparecido dos nuevas amenazas: la crisis sanitaria y la económica que viene con ella.

A eso hay que sumar las fake news, el ciberacoso o las presiones del poder político y económico. Un complejo panorama que Laia Soldevila conoce bien. Frente a él, defiende un modelo alternativo de medios que combinen reflexión, cooperativismo y slow journalism.

El lema del Día Mundial de la Libertad de Prensa es ‘Por un periodismo valiente e imparcial’, ¿la valentía sigue siendo una cualidad imprescindible para ejercer el periodismo?

El periodismo siempre ha exigido valentía y siempre la va a exigir, porque es contar aquello que no quieren que cuentes o poner el foco donde los gobiernos y las grandes empresas no quieren que lo pongas. Si deja de ser eso, se convierte en publicidad. Pero el periodismo no solo requiere valentía, también las condiciones para poder ejercerlo y una infraestructura para investigar.

¿A qué amenazas se enfrenta la libertad de prensa?

Muchas. Ahora conviene destacar la crisis económica. El periodismo no es fácil, requiere tiempo para investigar y encontrar las claves de una noticia. Eso significa dinero. La crisis de 2008 afectó mucho al oficio y hay periodistas en situaciones muy precarias. También hay que luchar contra quienes no quieren que saques a la luz determinadas informaciones.

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Distintas voces denuncian desde hace años que la libertad de prensa se está reduciendo.

El panorama está empeorando a nivel mundial y también en el Estado español, sobre todo desde la ley mordaza. Esta ley implica una serie de multas y procesos judiciales que perjudican a la libertad de prensa. A todo esto, habría que añadir la crisis económica que ya hemos mencionado. ¿Quién puede sobrevivir a una crisis tan dura? Los grandes medios o los pequeños en los que invierte la gente para que puedan subsistir.

España repite este año en el puesto 29 del ranking de libertad de prensa de Reporteros Sin Fronteras, ¿cuáles son la diferencias respecto a otros países?

No conozco muy a fondo la realidad de otros países, pero no me extraña que España aparezca en el número 29. En Cataluña existe un observatorio de medios, Media.cat, que registra un mapa de las distintas censuras que se han producido, y se observan muchos abusos contra la libertad de prensa y el derecho a la información. Es algo que ha ido en aumento y se ha agudizado en momentos de conflictividad social como los que hemos vivido en Cataluña.

¿Las noticias falsas, o fake news, suponen una amenaza para libertad de prensa?

Es un gran debate porque hay quien cree que la forma de acabar con ellas es cortar las alas de la libertad de prensa. Pero en un mundo hiperconectado como el nuestro, lo que hace falta es una mayor cultura en el consumo de medios y una lectura crítica, que los ciudadanos aprendan a diferenciar, por ejemplo, entre lo que dice el New York Times y un tuit de una persona anónima. También me preocupa que las fake news no salen de la nada, sino de los intereses de grandes corporaciones, gobiernos o grupos minoritarios, como han explicado Xnet y Simona Levi.

Habría que hacer una defensa política de un sistema de medios de comunicación bien financiados y que pudiesen acceder a toda la información.

A las amenazas del poder político o económico se han incorporado las agresiones en las redes sociales.

El ciberacoso es cada vez mayor y tiene un matiz de género muy importante: las mujeres son quienes más lo sufren. No solo se ejerce contra periodistas, sino también contra personas que piensan de forma distinta o proponen ideas nuevas. Hay que abrir brechas o se impondrá un pensamiento único muy peligroso.

¿Acabará el coronavirus convirtiéndose en una excusa para recortar la libertad de prensa?

Es muy tentador para los gobiernos, pero esperemos que no sea así y luchemos contra ello. Las primeras semanas del estado de alarma tuvimos problemas para preguntar al gobierno con la excusa de las ruedas de prensa virtuales. No pensaban tanto en el derecho a la información como en lanzar un mensaje uniforme. Tampoco ha mejorado mucho después y hasta el CIS preguntó sobre la posibilidad de crear un fuente única y oficial de información sobre la pandemia. En lugar de eso, habría que hacer una defensa política de un sistema de medios de comunicación bien financiados y que pudiesen acceder a toda la información. Si a eso unimos la crisis económica que va a venir y la crisis de la publicidad, sí parece que el coronavirus y la pandemia suponen un peligro para la libertad de prensa. 

¿Qué aporta Crític al panorama de medios?

Crític es un medio muy particular porque solo publica una noticia al día, larga y de reflexión. En un momento con tanto bombardeo de información, nos resulta muy difícil reflexionar, y más aun cuando se trata de temas como el sistema sanitario, el tipo de educación que queremos, las nuevas desigualdades que va a traer la pandemia o cómo el género influye en la forma en que se está viviendo esta crisis. Lo que puede aportar Crític es una reflexión y una mirada crítica sobre estos temas.

Defienden un modelo de slow journalism o periodismo lento. Es decir, hecho con tiempo, paciencia y mucha dedicación. ¿El lector debe acercarse a él con la misma actitud?

El slow journalism le pide al lector un poco de tiempo o la voluntad de leer más de los tres primeros párrafos de la noticia. A cambio, aporta una reflexión que va más allá del día de hoy. Además, una noticia te puede llevar a otra, y a otra. Si queremos entender el mundo, a lo mejor necesitamos más tiempo para pensar.

libertad-prensa-uoc-2Crític es una cooperativa, ¿ofrece este modelo una mayor libertad?

Creemos que sí. Crític nació en medio de la última crisis, en 2014, una crisis que impugnaba la forma de hacer de las grandes empresas periodísticas, con estructuras muy piramidales y en las que arriba había gestores y no periodistas. Los impulsores de Crític quisieron cambiar eso: que los periodistas fuesen los amos del medio y nadie les pudiese decir qué investigar y qué no, o imponer criterios no periodísticos. El formato cooperativa nos igualó a todos, hay roles establecidos, pero las decisiones se toman en asamblea y decidimos todos hacia donde queremos que vaya nuestro medio. El hecho de ser una cooperativa también tiene que ver con una economía social y solidaria que aspira a aportar algo a la sociedad más allá de ganar dinero.

¿Cómo se financian?

Tenemos tres patas: la publicidad, los suscriptores y contenidos periodísticos que elaboramos para otras entidades, cooperativas, ONG, etc. Pero los suscriptores siguen siendo nuestra principal fuente de ingresos y quienes nos dan la seguridad de que no vamos a perder nuestra independencia de un mes para otro. Siempre ha sido uno de nuestros objetivos aumentar los suscriptores y depender de ellos. Queremos reivindicar un periodismo pagado por la gente y más cercano a la gente.

¿Cómo puede afectar esta nueva crisis a la libertad de prensa y a los medios independientes?

Todavía estamos encerrados en casa, así que resulta difícil vislumbrar qué va a pasar. Obviamente la crisis económica va a perjudicar al periodismo y a la pluralidad, porque ya es un sector muy precario, pero también va a ser más necesario que nunca un periodismo que quiera fiscalizar lo que pasa a todos los niveles.

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Autor / Autora
Periodista y escritor.
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