La obesidad, sola o en compañía

11/10/2019
El incremento del número de personas que padecen obesidad, no se debe a la genética sino a una serie de factores medioambientales relacionados con el estilo de vida. El director de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, Dr. Ramon Gomis, explica en nuestro blog «Salud con Ciencia» las principales causas de la obesidad y hace un llamamiento para acabar con esta epidemia.

No hay duda, la obesidad es una de las grandes epidemias de la sociedad del siglo XXI. Los trabajos de incidencia, es decir, aquellos que miden el número de casos diagnosticados cada año, nos lo recuerdan. Cada día que pasa hay más obesos. Y, sin embargo, mientras hace cincuenta años el sobrepeso y la obesidad era una enfermedad que aparecía cuando el sedentarismo aumentaba, en edades medias de la vida, a partir de los treinta y cuarenta años, la obesidad llega mucho antes. Muchos niños, desde muy pequeños, son diagnosticados de obesidad, y este hecho, por sí solo, agrava el impacto y la gravedad de la enfermedad.

Asimismo, hoy sabemos mucho más de la obesidad que años atrás. Conocemos que hay alteraciones genéticas que conducen a la obesidad, y de otros que nos predisponen. Pero dicho esto, hay que señalar que el incremento del número de personas que padecen obesidad, no se debe a la genética sino a una serie de factores medioambientales relacionados con el estilo de vida. Recordemos algunos: el sedentarismo, el estrés, las alteraciones del sueño y determinadas conductas nutricionales, dietas ricas en azúcares y grasas.


El incremento del número de personas que padecen obesidad, no se debe a la genética sino a una serie de factores medioambientales relacionados con el estilo de vida


¿No habíamos anunciado que hablaríamos de las malas compañías? La obesidad supone un depósito excesivo de grasa en diferentes lugares de nuestro organismo. Y hay depósitos de grasa con más impacto sobre la salud que otros, si lo hacemos fácil, podríamos decir que más peligrosos. Serían, por ejemplo, la grasa que se deposita en el abdomen y aquel que se acumula en las vísceras. Este impacto está relacionando con el mantenimiento de la inflamación crónica, la clave de bóveda de las malas compañías. ¿Cuáles? La enfermedad cardiovascular, la diabetes tipo 2, la cirrosis del hígado, la hipertensión y la artrosis. Hay más, pero quedémonos con estas. Suficientes para ponernos las manos en la cabeza. En la aparición de todas ellas una gran parte de la responsabilidad la tiene la obesidad. Y sin rodeos. La obesidad es un problema de salud, un problema de salud mayor.


La obesidad es un problema de salud, un problema de salud mayor


Quisiera recordar lo siguiente. Hace muy pocos años, un grupo de médicos de atención primaria y endocrinólogos analizamos datos de 169.023 personas que, por razones diversas visitaron nuestras consultas médicas. Y observamos que entre la población obesa, un 34,8% padecían diabetes tipo 2, un porcentaje que triplica al que se describe para la población general, un 13,8%. Sin embargo demostramos que el 73,7% de los enfermos con obesidad y diabetes tenían la tensión arterial elevada y un 37,% ya sufrían de complicaciones vasculares. Y, ¿ qué más nos enseñan estos datos? En primer lugar, la necesidad inmediata de detener esta epidemia. Y esto no se conseguirá si no generamos una cultura de estilo de vida, diferente. No solo para reducir la prevalencia de obesidad sino para evitar todas estas enfermedades asociadas. ¿Cómo y cuándo? Desde la escuela y la familia, y lo antes posible. Y sin entrar en más porcentajes ni en más consideraciones, no hay lugar a dudas que la obesidad es un problema grave para nuestra salud y, además, se tiene malas compañías.

 

Bicicletas, sí. Pero ¿eléctricas? Trabajo, sí. Pero ¿también ocio y descanso nocturno adecuado? Placer gastronómico, sí. Pero ¿atención al tipo y cantidad de los alimentos? Hay más preguntas. Señalemos una más. En el estudio que me he referido vimos que la obesidad afectaba más a las mujeres que los hombres. ¿Por qué? ¿Factores hormonales? ¿Factores sociales, soledad y pobreza?

La obesidad y las malas compañías las tenemos aquí. Prevenirla es más fácil que tratarla. Depende de nosotros. Sabemos cómo hacerlo. Pero ¿estamos decididos a detener esta epidemia? Quizá ha llegado la hora de decir, basta.

Referencia:

Prevalencia en consultas de diabetes mellitus tipo 2 en paciente con sobrepeso u obesidad en España. Estudio Obed. R Gomis, S Artola, P Conthe, J Vidal, R Casamor y B Fuente. Medicina Clínica 2014, 142 (11): 485-92

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Autor / Autora
Ramon Gomis de Barbarà
Médico endocrinólogo, dramaturgo y escritor. Actualmente es también catedrático emérito del Departamento de Medicina de la Universidad de Barcelona e investigador emérito del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS), centro que ha dirigido desde 2008.
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